Como siempre, erdón por el retraso. Aquí podéis encontrar las otras partes: Parte 1 Parte 2 Parte 3
La ambulancia llegó y los sanitarios nos llevaron a mi hermana y a mí al hospital, mientras me inyectaban epinefrina. Una vez en el hospital, vivíamos bastante cerca del mismo, me pusieron no sé qué más cosas y dijeron que había sido una alergia. Una vez me encontré algo mejor, me hicieron análisis para ver qué es lo que me había producido alergia. Pasamos toda la tarde en una habitación del hospital. Al fin apareció un doctor que nos comunicó que tenía una fuerte alergia al ajo, tan fuerte era que el médico decía que era muy rara y nunca había visto ninguna así. Pasados los años pienso que ni él se imaginó en qué medida era rara y fuerte o como yo digo jodida. A continuación nos dio una serie de recomendaciones a seguir para evitar nuevas visitas al hospital y me recetó unas pastillas por si se producía un nuevo caso.
De camino a la farmacia más cercana mi hermana y yo fuimos hablando sobre el percance y le di las gracias por haber llamado a la ambulancia y haberme salvado. Cuando llegamos a casa por la noche se lo contamos a nuestros padres, que se preocuparon bastante y recibí una buena dosis de mimos y abrazos. Después de cenar mi hermana y yo hablamos un poco y ella bromeó con que parecía un vampiro. Con el tiempo, la broma dejó de tener gracia, aunque en ese momento me reí. Ni yo ni mi hermana sabíamos que ella estaba en lo cierto.
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