Transformación 2ª parte

Dejo el segundo fragmento de la historia que inicié hace algunos días y que podéis encontrar aquí: http://visiondesdeotrouniverso.blogspot.com/2010/04/transformacion.html. Siento la tardanza, pero en esta época hay que estudiar y no sobra mucho tiempo.

Los efectos tardaron en empezar a notarse y los días que siguieron a ése fueron totalmente normales. Asistí a clase como siempre hacía. No solía faltar, a no ser que fuera por una enfermedad grave o una emergencia familiar. Me sentaba al lado de mi mejor amigo, Diego Merino un chico pequeño y tímido, aunque muy listo. Enfrente de nosotros estaba Darío Castro un chico algo más atlético que jugaba en el equipo de baloncesto del instituto. Tres filas más delante estaba ella. Su nombre era Lucía Aguilar y… no sé qué podría decir de ella. Supongo que ya sabréis a lo que me refiero. Esas mariposas en el estómago, el sentir cómo el tiempo se para cuando está ella y todas las demás cosas asociadas a un enamoramiento adolescente. Oh, ¡cuánto añoro aquellos años! Pero ella estaba fuera de mi alcance. Ya os lo he dicho, yo era otro más y ella la chica más guapa del instituto. No tenía opciones.


En casa mi vida también era normal. Todavía no os he hablado de mi familia, ¿verdad? Vivíamos en Vallecas. Mi padre trabajaba de taxista en Madrid y mi madre era oficinista, por lo que los dos estaban muchas horas trabajando y mi hermana pequeña, que tenía doce años entonces, y yo pasábamos mucho tiempo solos en casa, pero sabíamos apañárnoslas. Entre los dos jugábamos después del colegio o veíamos la televisión, aunque según pasaron los años e íbamos subiendo de curso estábamos cada vez menos juntos, en la medida en que nos lo permitían los estudios y, sobre todo, los amigos. A pesar de esto último, existía entre los dos un vínculo muy fuerte que no se flaqueaba con ninguna del centenar de riñas absurdas que teníamos cada día.

Sin embargo, al cabo de unas semanas mi rutina fue, lentamente, evaporándose para siempre.